Hermes Trismegisto y los Siete Principios Herméticos

 
Hermes Trismegisto era el nombre que los griegos daban al dios egipcio (Hermes Toth). En el culto egipcio de Osiris, Toth era el gran consejero; que presidía las ciencias y se le atribuían la totalidad de un conjunto de obras que contenían prácticamente todo el saber de Egipto. Fue considerado un Dios lunar (con esta forma aparece representado algunas veces, portando una media luna encima de su cabeza de Ibis, pues simboliza el lado brillante de la luna que contiene la esencia de la Sabiduría creadora) e iniciador de los Misterios. Era el guardián de las puertas del inframundo y pesaba el corazón de los muertos para determinar su destino.

Más tarde los romanos lo vincularían a su dios "Mercurio", uno de los aspectos más conocidos es que los tres tenían la capacidad de moverse en el mundo de los dioses y de los humanos, servían de mediadores, hacían de puente entre dos realidades, " lo de arriba y lo de abajo".

De todas maneras, las informaciones acerca de la existencia de Hermes Trismegisto son sumamente confusas, cuando no contradictorias. Su identidad, se pierde en la noche de los tiempos remontándose al Egipto pre-faraónico, mucho antes de Moisés. Incluso se ha sostenido que Hermes Trismegisto fue un avatar, es decir, uno de los grandes maestros espirituales que, descendiendo de esferas superiores, se encarnan en la Humanidad para guiarla.

Según el pensamiento tradicional, Trismegisto fue dicho tal, es decir tres veces grande porque fue grande filósofo, grande sacerdote y grande rey en la época en que se supone que vivió, es decir, en el siglo XX a.C. Era un iniciado en los conocimientos secretos de la India, Egipto, Persia y Etiopía. Su nombre mismo significa "intérprete".

Sus enseñanzas pasaron de Egipto a Grecia y los griegos se encargaron de conservarlas y transmitirlas. Los neoplatónicos y los gnósticos difundieron este saber en el mundo romano y en el cristianismo primitivo, sirviendo de base para su propagación entre los árabes.

El "Corpus Hermeticum" se nutre, entre otras fuentes, de diversos textos tradicionales como lo son "El Kybalión"(y sus 7 principios), "La Hermética" (textos antiguos atribuidos a Hermes Trismegisto) o "El libro Egipcio de los Muertos".

Los siete principios herméticos.

"Los principios de la verdad son siete; el que comprenda esto perfectamente, posee la clave mágica ante la cual todas las puertas del Templo se abrirán de par en par".
(El Kybalion)

Los siete principios sobre los cuales se basa toda la Filosofía Hermética son los siguientes:

1.El principio de Mentalismo.

"El todo es mente, el universo es mental."

2.El principio de Correspondencia.

"Como arriba es abajo, como abajo es arriba."

3.El principio de Vibración.

"Nada está inmóvil; todo se mueve; todo vibra."

4.El principio de Polaridad.

"Todo es doble; todo tiene dos polos; todo, su par de opuestos: los semejantes y los antagónicos son lo mismo; los opuestos son idénticos en naturaleza, pero diferentes en grado; los extremos se tocan; todas las verdades son semi-verdades; todas las paradojas pueden reconciliarse."

5.El principio del Ritmo.

"Todo fluye y refluye; todo tiene sus períodos de avance y retroceso; todo asciende y desciende; todo se mueve, como un péndulo; la medida de su movimiento hacia la derecha, es la misma que la de su movimiento hacia la izquierda; el ritmo es la compensación."

6.El principio de Causa y Efecto.


"Toda causa tiene su efecto; todo efecto tiene su causa; todo sucede de acuerdo con la Ley; la suerte no es más que el nombre que se le da a una ley no conocida; hay muchos planos de casualidad, pero nada escapa a la Ley."

7.El principio de Generación.

"La generación existe por doquier; todo tiene sus principios masculino y femenino; la generación se manifiesta en todos los planos."


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